Título del libro: Por cuatro duros: como (no) apañárselas en Estados Unidos.
Autora: Bárbara Ehrenreich
Millones de personas estadounidenses trabajan todos los días del año por salarios miserables, rondando cuando no sobrepasando el umbral de la pobreza. La autora del libro para comprobar dicha realidad se hace pasar por ama de casa inexperta que vuelve al mercado laboral. Para ello, dejó su casa, alquiló durante un tiempo las habitaciones más baratas y aceptó diversos trabajos de baja cualificación (camarera, camarera de habitación de hotel, empleada de hogar, auxiliar de enfermería en un geriátrico y dependienta de grandes almacenes).
La primera reflexión que hace la autora es que por muy descualificado que sea el empleo, cada nuevo trabajo, sobre todo al principio y durante un tiempo exige concentración, dominio de nuevo vocabulario, nuevas destrezas, conocer las jerarquías, costumbres etc. Se llega hasta el punto que en mucho de estos empleos se controla el tiempo que se tarda en realizar la tarea, estandarizar el ritmo, ser rápida y eficiente al mismo tiempo, con el hándicap que la mayoría de estos trabajos exige un gran esfuerzo físico.
Todos estos trabajos exigen una gran disciplina, considerando como cualidades esenciales en alguien dispuesto a trabajar la puntualidad, aseo personal, jovialidad, obediencia.
A pesar de que la propaganda estatal se da por hecho que tener un trabajo, es el pasaje para salir de la pobreza, lo cierto es que sobrevivir con los salarios que se ofrecen se hace complicado si tenemos en cuenta el precio de los alquileres, lo que provoca que un alto porcentaje de personas vivan en caravanas, bien propias, con lo que tienen que abonar un alto alquiler sobre el terreno en que ésta descansa, o bien alquilando directamente la caravana. El programa de ayuda estatal, cumpliendo ciertas características, da unos vales de comida que en cierta medida mitiga ligeramente el problema de alimentación. El porcentaje que una familia gasta en vivienda ha subido mientras en alimentación ha disminuido.
El negocio de los empleadores no consiste en mejorar las condiciones de vida ni la seguridad de sus empleados sino en maximizar el balance final. Pero los trabajadores mal pagados no cambian de trabajo en parte a un problema de transporte, pues la mayoría dependen de que alguien, normalmente un familiar, que les lleve al puesto de trabajo, y un cambio de empleo puede suponer un verdadero problema geográfico.
Aparece también el patriotismo de empresa, circunstancia curiosa teniendo en cuenta los bajos salarios, el que el personal se sienta identificado con ella, pero también influye la necesidad de los trabajadores de sentirse formar parte de algo. Es posiblemente uno de los valores mejor considerado por los empleadores.
Por otra parte, se pone de manifiesto lo que sería en nuestro país una violación de los derechos fundamentales laborales de los trabajadores, como los controles de drogas o la persecución del derecho de reunión o sindicación de los trabajadores, bajo la pena de pérdida del empleo.
En la cultura norteamericana se considera, o por lo manos en gran parte de clases medias que la causa de la pobreza es el desempleo cuando la realidad que subsiste son los salarios, que en gran porcentaje están por la mitad de lo que se consideraría el mínimo para subsistir en condiciones aceptables.
Tanto las madres solteras como los pobres, que dependían de la Seguridad Social, eran mirados con rechazo e incluso eran vilipendiados por su holgazanería, por parte de las clases altas, en vez de avergonzarse, porque gran parte de su desahogada situación económica venía provocada por la cantidad de personas que trabajaban en un empleo mal remunerado.
La última reflexión que encontramos de la autora va encaminada en que en un futuro se conseguirá una verdadera justicia social cuando los trabajadores reivindique el verdadero valor de su trabajo, lo que desatará la ira, huelgas y se quebrará el orden establecido, pero al final se conseguirá una situación más igualitaria.
En resumen, se observa la vulnerabilidad a la que está sometida gran parte de la población americana actualmente.
